MIEDO
«El cuento de horror es tan antiguo como el pensamiento y el habla humanos» H. P. Lovecraft
Dada su gran imaginación, los románticos eran atraídos por lo no conocido por el hombre, por lo sobrenatural y por lo misterioso, su exacerbada imaginación los lleva a visualizar situaciones imposibles de ser según las leyes de nuestra naturaleza cotidiana, se acentúa gracias a los románticos un nuevo subgénero dentro del género de la literatura fantástica: la novela gótica (narrativa extensa) y el cuento de terror (narrativa breve).

Las obras que buscan incitar al miedo pueden clasificarse de distinta forma:
Gore: es un subgénero que se caracteriza por el uso de chocantes imágenes de dolor, tortura y violencia, así como el exceso de sangre. Aunque devaluado en muchos casos por ser de baja calidad, muchas películas gore se han convertido en éxitos de crítica y taquilla. Ejemplos recientes son las series de Hellraiser, Saw y Hostal.
Terror cósmico materialista: género literario creado por el escritor estadounidense H. P. Lovecraft (1890-1937), quien realizó una ruptura con la literatura tradicional de horror, en donde usualmente el monstruo era un demonio o un fantasma. En cambio en las historias de Lovecraft generalmente el monstruo tiene un origen racional y físico, siendo un extraterrestre, un ser de otra dimensión o un cadáver resucitado por medios científicos. Se relaciona mucho con el «horror - ciencia ficción».
Novela Gótica: El adjetivo gótico deriva de godo, aunque en el contexto de este subgénero literario remite a que gran parte de estas historias transcurren en castillos y monasterios medievales. En sentido estricto, el terror gótico fue una moda literaria, fundamentalmente anglosajona [inglesa], que se extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción al Racionalismo. En la literatura de terror moderna los viejos arquetipos no desaparecieron totalmente. El renacimiento del gótico fue la expresión emocional, estética y filosófica que reaccionó contra el pensamiento dominante de la Ilustración, según el cual la humanidad podía obtener el conocimiento verdadero y obtener felicidad y virtud perfectas; su insaciable apetito por este conocimiento dejaba de lado la idea de que el miedo podía ser también sublime. La escuela de la literatura gótica deriva de modelos alemanes. Las narrativas góticas abundan entre 1765 y 1820, con la iconografía que nos es conocida: cementerios, páramos y castillos tenebrosos llenos de misterio, villanos infernales, hombres lobo, vampiros, doppelgänger (transmutadores, o doble personalidad) y demonios, etc.. Los ingredientes de este subgénero son castillos embrujados, criptas, fantasmas o monstruos, así como las tormentas y tempestades, la nocturnidad y el simple detalle truculento, todo ello surgido muchas veces de leyendas populares. Sus características son las siguientes: La intriga se desarrolla en un viejo castillo o un monasterio (importancia del escenario arquitectónico, que sirve para enriquecer la trama); atmósfera de misterio y suspense (el autor crea un marco o escenario sobrenatural capaz, muchas veces por sí mismo, de suscitar sentimientos de misterio o terror); profecía ancestral (una maldición pesa sobre la propiedad o sobre sus habitantes, presentes o remotos); eventos sobrenaturales o de difícil explicación; emociones desbocadas (los personajes están sujetos a pasiones desenfrenadas, accesos de pánico, agitaciones del ánimo tales como depresión profunda, angustia, paranoia, celos y amor enfermizo); erotismo larvado (bajo la atmósfera de misterio laten conflictos amorosos mal resueltos y oscuros impulsos sentimentales. El paradigma de la doncella en apuros es muy frecuente; los personajes femeninos enfrentan situaciones que producen desmayos, gritos, llanto y ataques de nervios. Se apela al sentido de compasión del lector presentando una heroína oprimida por angustiosos terrores que, normalmente, se convierte en el foco de la trama. Otro paradigma insoslayable es el de la figura masculina tiránica; suele tratarse de un padre, rey, marido o guardián que requiere de la doncella una acción indigna o inadmisible, sea el casamiento forzado, el sacrificio de su castidad o alguna acción todavía más siniestra); falacia patética (las emociones de los protagonistas intervienen en la apariencia de las cosas, o bien el clima que rodea una escena define el estado de ánimo de los personajes)
Fuente: Novela Gótica
Terror psicológico: El terror psicológico recurre a la sugerencia y a la sutileza, menos "efectos especiales" y descripciones de violencia o agresión física, ya que trabaja principalmente con factores que afectan mentalmente a la audiencia, obviando la visualización de imágenes gráficas truculentas. La "sombra", las tinieblas que encarnan siempre la idea de "amenaza", el miedo a lo desconocido. De este modo, el espectador o lector se estremece ante la exposición a miedos y vulnerabilidades comunes o universales, centradas principalmente en las partes más oscuras de la psique humana, que la mayoría de las personas reprime o niega. La amenaza, así, proviene del propio espectador o lector. El mal, por otra parte, muchas veces se esconde bajo la apariencia de normalidad, en un ámbito cotidiano. En el terror psicológico es elemento esencial el asustar a la audiencia mentalmente. Este tipo de miedos se forman en nuestra mente, atienden a nuestro mundo subjetivo y se alejan del terror más gráfico. Ya no está presentado por monstruos, brujas, vampiros, zombies, casas encantadas y cantidades industriales de sangre. Con el terror psicológico se va más allá. El escritor escarba en sus propios miedos, profundiza en la parte racional y lo que no lo es tanto para lograr que se proyecte la tensión de principio a fin. Es un ejercicio complejo disfrazado de naturalidad.
Fuentes: Wikipedia y Terror psicológico
Algunas técnicas
Suspenso: es un recurso utilizado en obras narrativas de diferentes medios que tiene como principal objeto mantener al lector a la expectativa, generalmente en un estado de tensión, de lo que pueda ocurrirle a los personajes, y por lo tanto atento al desarrollo del conflicto o nudo de la narración. Los subgéneros en los que más se ha utilizado este recurso han sido, tradicionalmente, el policiaco y el de terror. El lector recibe «pistas» del desenlace de la historia. Sin embargo ésta suele resolverse de manera totalmente racional, sin que quede ningún cabo suelto. Se debe explicar lógicamente todo, para que con esto el relato posea la verosimilitud que requiere su género, sin que el efecto de tensión generado llegue a defraudar al lector.
Verosimilitud: la palabra significa "parecido a la verdad" y es lo que le da un entorno creíble a la literatura en general, el lector puede sentirse identificado con lo que lee porque es factible que suceda en su mundo real
¿Tienen, los cuentos de terror, verosimilitud?